Estamos demasiado acostumbrados a mandar mensajes a los niños de forma negativa.
¿Por qué no intentamos cambiarlos por otros positivos?
Nadie dice que es fácil. Al contrario, es MUY difícil, pero tenemos que aprender a hacerlo si queremos unas personas responsables y positivas capaces de afrontar los problemas de una manera optimista.
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